Hoy me llega una historia de la web www.srperro.com que me ha encantado. Me la ha mandado mi compañero Víctor y me ha parecido tan bonita que he querido compartirla con todos vosotros.
Si os digo Fukushima ¿qué se os viene a la mente? Supongo que habréis pensado en el accidente nuclear que hubo hace ya 4 años. Fue una verdadera catástrofe tanto en vidas como para el medio ambiente. Muchas fueron las personas que murieron por o a consecuencia del accidente pero también la fauna y la flora sufrieron las consecuencias de tan trágica situación. El mundo se volcó con los supervivientes y sacaron a todas las personas de esa zona, la zona cero. Pero no pasó lo mismo con los animales. Para variar, quedaron en un segundo plano, abandonados a su suerte y destinados a un desenlace fatal.
Pero algunos han tenido la suerte de cruzarse con Naoto Matsamura. Este japonés volvió a esa zona maldita en la que nadie se atrevía a entrar. ¿Para qué? Pues para ayudar a todos los animales que allí quedaron dejados de la mano del destino. Dejó a una lado su miedo a morir a causa de la radioactividad que sigue habiendo o de que hubiera de nuevo una fuga ya que la zona todavía es inestable. Desoyó a su propio Gobierno el cuál había decretado que nadie volviera al lugar ya que acabaría cayendo enfermo. Desoyó también a los veterinarios que le dijeron que lo único que podía hacer por sus animales era sacrificarlos. Pero no era lo único que podía hacer y el tiempo le ha dado la razón.
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Naoto volvió a su granja para cuidar de sus animales porque era su responsabilidad y así lo sentía. Pero muchos eran los animales enfermos o famélicos y no les quiso dar la espalda así que empezó a alimentar a todo bicho viviente que por allí pasaba. Y así ha creado una granja de lo más peculiar formada por un montón de animales que le deben la vida. Y por eso, los japoneses le conocen como el Guardián de los animales de Fukushima y no es para menos.
No puedo más que mostrar admiración por lo que ha hecho por los animales. Es increíble la de vacas, cerdos, perros, gatos, patos de los que se encarga. ¡Incluso de una avestruz! Se encarga de que tengan comida y bebida no contaminados y es que en la zona la mayor parte de los recursos han quedado envenenados por la radioactividad. Esto enaltece más si cabe a Naoto pues tiene que ir a buscar el sustento de su familia porque eso es lo que es una verdadera familia.
Como cuentan en srperro.com, aparte del sustento también se ha encargado de cuidar a los enfermos. Y si no que se lo digan a KISEKI (milagro en japonés) un perro que estaba muy enfermo y que Naoto ha conseguido salvar. Sólo hay que ver las fotos para darse cuenta de la gran labor de este hombre.
Pero Naoto no puede hacer esto sólo, como os podréis imaginar. Su elenco de animales ha crecido tanto que necesita ayuda de todos y por eso recauda donaciones para poder seguir ayudando a estos peludos. Para ello ha creado una asociación sin ánimo de lucro con el nombre de Ganbaru Fukushima. La gente que quiera puede aportar su granito de arena a través de dos bancos japoneses. Lo explica todo en su Facebook (https://www.facebook.com/ganbaru.fukushima) y en su blog (http://ganbarufukushima.blog.fc2.com/). Además, se encarga de ir a dar conferencias y charlas sobre su labor. Desde ALBA un aplauso para este gran héroe.
Fuente: www.srperro.com
Patricia Vadillo
Nos habíamos olvidado de este desastre de hace sólo 4 años, en el que los más olvidados son los de siempre. Cuando un ser humano no vuelve la espalda al sufrimiento de los no humanos, está devolviéndoles parte del inmenso favor que nos hacen compartiendo este mundo tan raro con nosotros.
Con gente como esta, las protectoras nos quedaríamos en el paro 🙂
Ojalá la verdad.
De paro nada, haría falta mucha gente así para ello. Pero, eso, Naoto sí que es un grandísimo ser humano.